Después de mucho hablar y hablar y deliberar incluso, llegamos a la conclusión de que mientras no diéramos un hermanito a nuestro peque, tenia que tener algún tipo de compañía y viendo lo que le gustan los animales, excepto quizás los perros y no se porqué.. ( recuerdo un viaje a Guadalest con mano de niño en boca de pastor alemán incluido).. pero el caso es que ahora le dan miedo.
Así que un día que nos pidió un conejito, cosa que iba a ser que no, sencillamente por falta de espacio, decidimos optar por una cobaya. En realidad, la queríamos macho y de pelo corto.. pero como siempre que abro la boca ( cuando hablo, ejecuto) al final fue hembra y de pelo revuelto. Una monada a la que se le bautizó con el nombre de Lupita, no a gusto de todos, pero al fin y al cabo a petición de su nuevo dueño.. y quien le dice que no...
El caso es que, yo misma, sin querer ningún tipo de obligación, aparte de las que ya me pertañen, me he convertido en dueña y criada de Lupita. Conoce mis pasos y en cuanto me ve aparecer se pone de pie ( es todo un espectáculo) y me pide, o mas bien exige, sus viandas...
Sin quererlo me he convertido de nuevo en "mami" y ahora tengo otra boca mas a la que alimentar.. jeje...
Que le vamos a hacer, en el fondo, me encantan los animales y ya no recuerdo quien hizo mas hincapié en aumentar la familia, si mi peque o yo..
No hay comentarios:
Publicar un comentario